Jump to navigation
NO PIDO MÁSHoy me reconozco ante cualquier espejo,y recuerdo: me explicaronque nací, en la antesala de un paritorio inventadocuando los años, eran maletassujetas con cuerdas apenas salidas del hambrey los gastados zapatos, plumas sobre la tierra.Mis primeros fueron pasos entre silencios impuestosa golpe de entierro.crecí al borde de los suicidios de aquellos que se atrevierona elevar su palabra.De mi adolescencia me quedan acordes disconformes,saltando de boca en bocapuños en alto ante la barbariey moratones tatuados en la vorágine que mezclalibertad con libertinaje.Aún llevo el mar impregnado en mis ojosy la cálida brisa de un agosto lejanoenganchada… en los poros de mi piel.Poseo la sal heredada lejos de aquellaque acarició con espumas blancas mi cuerpo.Un horizonte tibio y veinte comas, danzandosobre un inacabado texto.Entre mis muchos defectos destacael no dejar ahogar puntos de i, en los dedos.Y hasta aquí me han traído los vientosde una vida acumulando baúlesdonde guardo con celo horas de experienciadías de luz y candelabros de ausencias.Se supone… que es la madurez, mi actual compañerael camino recorrido mi cómplice y el reloj mi enemigollevo en mi alma, las mismas dosis de lucha que de olvidoYa he regado tantas primaverasque tan solo reconozco los tembloresdel invierno.Y si llega la muerte a buscarmesabrá que he vivido con algo más que lo puesto.Y al atravesar la puerta sin regresopediré tan solo, ser parte de un grato recuerdoen el alma de aquellos que quise y me quisieron.(Tal vez, sean los mismos que hoy me siguen queriendo)
Maribel SánchezAdictos al Verso