Julián Maeso: "La persona está antes que el personaje"

Julián Maeso y Corizonas llenaron de buena música la sala Salamandra de l'Hospitalet en el penúltimo fin de semana del Let's Festival. Al terminar los conciertos tenemos la suerte de sentarnos un rato con Julián Maeso para charlar de todo un poco. Nos explica que está cansado, y la verdad es que el viaje y el gran concierto que han dado no son para menos. Enciendo la grabadora entre el tumulto de gente y música que han empezado a sonar de fondo y comenzamos a hablar.

- Siempre he pensado que la música es hacer sentir. Y tú es algo que consigues hacer sobradamente ¿Es ése tu propósito?
La mayor satisfacción que puedo tener es, cuando me bajo del escenario, que me venga alguien que lleva pasando un mes de mierda y me diga que durante el concierto se ha olvidado de todo. Que alguien tenga ese viaje a nivel sensitivo y emocional es maravilloso. Para mí es como una terapia que me sirve para ayudar a la gente, y para ayudarme a mí.

- ¿Cuál es la evolución de una canción desde que sale del estudio, hasta que lleva un año y medio girando como vosotros?
Las canciones cambian continuamente. Empiezan a cambiar desde el momento en que te las imaginas. Cambian en tu cabeza, cuando haces la maqueta, cuando las tocas con los músicos, al final dejan de ser tan tuyas. Incluso cuando las grabas pueden cambiar dependiendo de si has tenido un buen día o no.

Cuando tocas en directo, pretendes tocar lo que has grabado en el disco, pero eso es imposible. Entonces las canciones empiezan a mutar. Hoy por ejemplo (concierto del 23 de marzo en el Let'sFestival) hemos tocado I Wonder and Wander, que es reggae, por country. Lo importante es que si el tema es bueno lo puedes cambiar de estilo, porque la armonía es buena.

- ¿Qué prefieres, el estudio de grabación o el escenario?
El escenario. Lo que me gusta es poder tocar, pero para eso tengo que haber grabado antes. Y lo mejor es que cuando voy al estudio suelo llevar preparado lo justo.
Yo estoy en mi casa, voy haciendo música y después reúno a los músicos y las cosas pueden salir mejor o peor.

- En 'Somewhere somehow' , mezclas rock, soul, blues, jazz, reggae, funky y hasta jazz. ¿Qué otra mezcla te queda por hacer?
Si puedo, tengo que seguir tocando hasta que me muera, así que tengo que mezclarlo todo (risas). Yo escucho de todo, desde boleros, jazz, música electrónica etc. No me cierro a nada, eso de anclarse en un personaje creo que es un error. La persona está antes que el personaje.

- A principios de este año pasaste un mes como profesor de música en Ghana. ¿Qué puedes decirnos de esa experiencia?
Pues que allí fui el hombre más feliz del mundo. Así como en Estados Unidos, después de acabar la universidad, hacen un gran viaje, aquí deberíamos hacer lo mismo. Hay que viajar más para ayudar y aprender lo máximo posible. Son cosas que parecen exóticas, pero que deberían formar parte de nuestra educación.

- Últimamente vivimos malos tiempos para la cultura en nuestro país.
La verdad es que me cuesta entender como millones de personas se dejan poner en manos de cierto tipo de gente. Al final el que siempre lo paga es el pueblo, pero es que es el mismo pueblo el que está acomodado. En cierto modo, tenemos lo que nos merecemos. Hay que despertar.

- Me he dado cuenta de que a mis 27 años era probablemente el más joven del concierto. ¿Por qué esta tendencia cada vez mayor de que no hay gente joven en espectáculos de ciertos tipos de música?
Tenemos un retraso educacional en lo que a música y arte se refiere. Llevamos muchísimos años sin que se haya fomentado en los colegios la cultura. Estamos pagando este retraso.

- ¿Qué te queda por hacer en la música?
Aprender a leer una partitura (risas)

- Y ya por último, ¿cuándo podremos escuchar algo nuevo?
Pues en un semana entro a grabar.

Y con esta muy buena noticia cerramos la entrevista. Nos despedimos de Julián Maeso y le dejamos descansar no sin antes agradecerle que nos haya atendido. Sin duda alguna, para que el mundo vaya a mejor, necesitaremos de buena música, música como la que Maeso imagina y no para de tocar.

I per acabar, recordeu, salut i música de valent!